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morochisima

Capitulo 7:

Nuevamente, el verano me sorprendió bosquejando unos escritos, que capaz, quien puede atreverse a negarlo, sean leídos algún día, por algún ser anónimo.
Hace casi un año, inundada en la desesperación de no encontrar un rumbo, encontré mi mas ridículo refugio entre estas teclas empolvadas, hoy, si tengo que trasmitirles a ustedes el vuelco que a dado mi vida, posiblemente escribiría hasta el crepúsculo, y más también.
Después de un verano complicado, de mil tropezones, y de siempre, absolutamente siempre, encontrar la mano firme que me ayudaba a seguir adelante, encontré ese lugar en la vida, que en algún momento, creí no lograría hallar jamás. Finalmente, medio tambaleando, medio gateando, entré a ese mundo adulto que tan monótono me parecía, que tan rutinario vislumbraba. Hoy, en el umbral de mis 19 años, puedo decirles que soy totalmente feliz. Guardo celosamente, entre mi DNI con aquella horrible foto en la que luzco mis 15 centímetros de pelo peinados a la gomina y mi vieja billetera de boca; una libreta universitaria blanca y fucsia con nueve materias anotadas, nueve frutos de esfuerzo, de noches en vela, de tazas de café, de días sin ver a mi gente, de miles de apuntes leídos con la única compañía de esa estufita a kerosén. Hoy a solo dos días de comenzar un nuevo año, puedo escribir que si bien sigo escuchando Viejas Locas y Attaque 77; y mis jeans rotos y gastados, juntos con las topper blancas están muy lejos de ser olvidados, finalmente, después de muchas lágrimas, de muchas desilusiones y desengaños, encontré ese hombre al que prefiero ante cualquier salida de amigos, ese hombre que logra complementarme como nunca nadie lo había logrado, ese hombre con el que deseo estar hasta el ultimo día de mi vida, ese hombre que se merece, un capítulo aparte de mis tímidos escritos, un hombre que de alguna manera logró que el amor, el verdadero amor, me seduzca eternamente y para siempre.

“Por mas graves que resulten los problemas, siempre existen las condiciones para la solución”(Esta frase la escuche en la cátedra de filosofía, las palabras de la titular me llegaron tanto que ni bien las pronunció las apunté en el margen de mi cuaderno)

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